BOSQUE MAGICO

martes, 27 de julio de 2010

Desde las nieblas de los tiempos lo profundo y lo elevado han representado para el hombre lugares llenos de misterio, de encuentro con los mundos de la magia y los dioses. Para gran cantidad de pueblos primitivos la tierra es la madre, la creadora y protectora de la vida. Así lugares como cuevas, o turgencias eran vistas como entradas al seno materno, como entradas a lo desconocido y a lo sagrado.

Hay muchos ejemplos de estos lugares de culto a la Madre Tierra, uno de los más famosos lo tenemos bien cerca: La cueva de Covadonga, donde esa sacralizad primitiva ha ido evolucionando hasta ser recogida por el cristianismo, quien coloca en un altar a la madre tierra a su propia representación de la madre en la figura de la Virgen.

Sin embargo me gustaría resaltar otro lugar mucho más desconocido, donde sin duda nos encontramos con el mismo mito, de hecho el nombre es ya una declaración: El ojo de la madre (el oyu la madre).

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